EL TEXTO

Tipos de texto

A fin de agrupar y clasificar la enorme diversidad de textos, se han propuesto tipologías textuales. Estas se basan en distintos criterios como la función que cumple el texto en relación con los interlocutores o la estructura global interna que presenta.

La clasificación más simple de los textos, en función de las características que predominan en cada uno (se considera que no hay texto puro, es decir, no hay texto que tenga rasgos correspondientes únicamente a cada categoría, todo texto es híbrido), es como sigue:

· Textos narrativos


El texto narrativo es el relato de acontecimientos desarrollados en un lugar determinado y llevados a cabo por personajes reales o imaginarios, siguiendo un orden temporal o causal.


El buen narrador —como el artista— nace más que se hace. Lo innato es lo que no podemos enseñar. Sin embargo, la narración —como todo arte— depende de ciertos principios formales y de cierta técnica. Tiene su orden, su sistema de expresión. (Carrera, Vásquez y Díaz 2000:213)


De manera convencional se afirma que narrar es una de las formas de presión más utilizadas por las personas. Equivale a contar, relatar (a algui­en) hechos o acontecimientos, de naturaleza ficticia o real, ocurridos en espacio y en un tiempo determinados.




· Texto descriptivos


Si la narración es una modalidad textual que presenta hechos sucesivamente en el tiempo, la descripción, por el contrario, consta las características de un objeto de forma estática, sin transcurso de tiempo. El término "objeto" debe entenderse en este caso en su sentido más amplio, es decir, abarca a cualquier realidad, sea esta humana o no, concreta o abstracta, real o ficticia. Todo lo imaginable es descriptible. Los tipos de texto descriptivo son:

Textos científicos: su finalidad es mostrar el procedimiento para realizar una investigación o una experimentación.

Textos técnicos: muestran los componentes, la forma y el funcionamiento de cualquier tipo de objeto, creación artística o instrumental: pintura, escultura, mecánica, deportes, medicina, etc. Entre ellos se incluyen los manuales de instrucciones de uso y montaje de aparatos; las recetas de cocina y los prospectos de medicamentos.

Textos sociales: ofrecen datos sobre el comportamiento de las personas e instituciones.

los textos descriptivos son un conjunto de palabras que denotan las características de un animal, persona, objeto, lugar, y define si es tiempo pasado, presente o futuro entre otras palabras el texto descriptivo es un conjunto de descripciones que define a alguien o a algo.


Describir es representar lingüísticamente el mundo que imaginamos o el mundo real. Con la descripción expresamos, a través de nuestros propios sentidos (oído, olfato, gusto y tacto), todo lo que nos rodea (personas, ani­males, cosas, ambientes,...), explicando las partes de que consta, sus cuali­dades o las circunstancias en que se presenta.

Al describir intentamos ofrecer respuestas a interrogantes como las si­guientes:


¿Qué es?, ¿cómo es?, ¿qué hace?, ¿de qué está compuesto?, ¿a qué se parece?, ¿para qué sirve?, etc.


La descripción se aplica a estados y procesos, se realiza conforme a una perspectiva o punto de vista, bien de índole subjetiva u objetiva. Optar por un tono subjetivo o más objetivo, así como otorgar mayor o menor impor­tancia a la forma en que se ordenan los datos, depende de la situación de comunicación, del propósito del intercambio y del conocimiento compar­tido que se presupone.

Como todas las secuencias la descriptiva puede ser la dominante en algunos textos, pero en una gran cantidad de ellos su papel es eminentemente secundario y aparece como secuencia incrustada, inserta o combinada. Por ejemplo, en textos en los que predomine la narración o la argumentación puede servir como soporte o ilustración de algunos aspectos.

Los elementos lingüístico-descriptivos más característicos de esta modalidad suelen ser los sustantivos y los adjetivos, también se emplean las aposiciones y la complementación. La enumeración es el recurso más utilizado, así sea en su forma más escueta: las listas.


La descripción cumple una función relevante en las distintas disciplinas científicas y académicas (geología, historia, economía, química, geografía, sicología,...). De allí que se procure imponer condiciones racionales a la visión, que quien describe, hace de la realidad. Para esto se acude a una terminología específica, a un estilo objetivo, claro y conciso. En consecuen­cia, la perspectiva científico-académica reclama condiciones esenciales como la neutralidad, la objetividad, la completitud y el orden. Por lo general, las descripciones suelen acompañarse con diagramas, esquemas, dibujos, fotografías, imágenes e ilustraciones que le otorgan mayor fidelidad, exactitud y rigor a la realidad presentada.


· Texto argumentativo


Se trata del tipo de textos en los que se presentan las razones a favor o en contra de determinada "posición" o "tesis", con el fin de convencer al interlocutor a través de diferentes argumentos tomando una postura a favor o en contra . Se trata de manera fundamental, aunque no exclusivamente, de juicios de valor, apreciaciones positivas o negativas acerca de lo expuesto (Bueno, malo, feo, bello; válido/ no válido, adecuado/no adecuado). El discurso argumentativo es propio del ensayo y de la crítica en general. Ejemplos típicos son el discurso político o el Artículo de opinión. Con los textos argumentativos se puede dar un punto de vista frente a un tema cualquiera, ya sea una posición positiva o en contra.

Elementos

Los textos argumentativos pueden presentar, entre otros, dos tipos de estructura: la estructura de causa consecuencia y la estructura de problema solución.

La estructura de causa consecuencia es propia de los textos cuya finalidad es analizar las causas de un hecho determinado o bien las consecuencias que se derivan de ese hecho.

La estructura de problema solución es característica de los textos en los que se aportan soluciones a hechos o situaciones adversos.

A esta clase de texto pertenecen generalmente Ensayos, artículos de opinión etc...


En un sentido débil todo texto es argumentativo, pues utiliza mecanismos de apoyo que buscan la aceptación por el receptor de un contenido cognitivo, esto es, la verdad de una proposición, la legitimidad de un pensamiento u opinión.



Argumentar significa procurar convencer a otro (u otros) de una idea, de un pensamiento, de una afirmación o de una opinión que sostiene un escritor. Significa, además, defender lo que se expresa aportando razones que justifiquen la posición asumida.

Las secuencias argumentativas constituyen, en consecuencia, uno de los pilares de la vida en sociedad y están presentes en cualquier actividad co­municativa. Ámbitos de tanta importancia social como el político, el económico o el de la justicia se basan en la argumentación; por supuesto, no esca­pan a ella el ámbito científico y el académico (que tanto nos interesan).


En los textos argumentativos, con frecuencia, se incrustan narraciones, descripciones o explicaciones que funcionan como argumentos o refuerzan la función persuasiva. En este caso, pueden convertirse en argumentos los ejemplos, las analogías, las citas o menciones a «autoridades» en la materia que se está tratando, la exposición de causas o datos estadísticos, entre otros.

Para que exista argumentación son necesarios, como mínimo, los si­guientes elementos:

Un objeto (un tema controvertido, una cuestión polémica, una situa­ción problemática) que admita opiniones e hipótesis varias, así como dife­rentes maneras de abordarlo.

Un emisor (para estos fines un escritor) que manifieste y defienda una opinión, que fije una postura y cuyo fin comunicativo capital sea conven­cer. El escritor que hace frente a la tarea de construir una secuencia argu­mentativa tiene que ser consciente de quién es su lector. Dado que su pro­pósito es hacerlo variar de opinión debe saber qué piensa sobre el tema, cuáles son sus creencias, qué prejuicios tiene, con cuál ideología simpatiza, etc.

Un receptor (un lector, para algunos un antagonista, su oponente) real o figurado. Por lo general, alguien que sostiene una opinión contraria a la del escritor. Pero también es posible que se trate de un lector que esté de acuerdo con el escritor y quiera reafirmar su punto de vista. Además, puede ocurrir que los dos compartan las mismas opiniones, aunque se basen en razones muy distintas; y

Un objetivo centrado en conseguir que el lector opine lo mismo que quien escribe.

Cualquier escritor de textos argumentativos sabe que existen posturas contrarias a las adoptadas por él. Por lo tanto, con el propósito de hacer prevalecer su opinión sobre la dé los demás, como estrategia, el autor puede introducir la idea que sus oponentes defienden para rebatirla. Si con este recurso consigue, a través de argumentos sólidos, refutar la tesis contraria, su propia tesis se verá reforzada. Este procedimiento es el que se conoce como contra argumentación.



· Texto expositivo


Exposición de trabajos: artes, trabajos grupales, afiches, etc.

Un texto expositivo es aquel en el cual se presentan, de forma neutral y objetiva, determinados hechos o realidades. A diferencia de la argumentación, mediante el texto expositivo no se intenta convencer, sino mostrar. Ahora bien, esta diferencia abstracta no siempre es tan evidente en los textos concretos, por lo que muchas veces se habla de textos "expositivo-argumentativos". Ejemplos: típicos de texto expositivo son los textos científicos. La finalidad de estos textos es informar.

Elementos

Un tema preciso, claramente identificado y delimitado. Una estructura, es decir, una forma de organizar la información que se presenta en el texto. Un propósito establecido previamente por el emisor e interpretado posteriormente por el receptor.

El emisor puede ser individual o colectivo; también puede ser particular o institucional. A veces, el receptor es un grupo de personas con características definidas, sin embargo, los textos han de estar adapta Generalmente pertenecen a este género, anuncios, comerciales, recetas de cocina, etc.

Existen dos tipos de textos expositivos:

1. Textos divulgativos Es el tipo de texto expositivo que va dirigido a un público amplio que usa información poco específica y léxico formal, es decir no técnico ni especializado. Lo encontramos en apuntes, libros de texto, enciclopedias, exámenes, conferencias, coleccionables, etc.

Las características de los textos divulgativos son:

§ Informa clara y objetivamente sobre un tema de interés general siempre y cuando esté bien ejemplificado el tema.

§ Va dirigida a un público mayoritario.

§ Es de fácil comprensión.

§ Utiliza un vocabulario estándar.

§ Posee objetividad.

1. Textos especializados. Es el tipo de texto expositivo especializado que está dirigido a un público específico de un área de conocimiento determinado que requiere o usa un léxico especializado e información técnica. Lo encontramos en informes, leyes, artículos de investigación científica, etc.

Las características de los textos especializados:

§ Informa sobre un tema muy concreto.

§ Va dirigida a un receptor experto en el contenido tratado.

§ Resulta de difícil comprensión para quien no conoce el tema.

§ Usa una terminología específica.

§ Presenta gran objetividad.


♦La exposición es el equivalente abstracto de la descripción. Su contenido son ideas, pensamientos, opiniones, en suma, abstracciones.


Los textos expositivos, también conocidos como textos explicativos o textos informativos, sirven para acceder a nuevos conocimientos. Para ex­poner se debe partir del supuesto de que existe una información que ha sido adquirida, por el escritor, a través de su experiencia o de su reflexión.

Cuando un texto se orienta por completo a suministrar información, esto es, a proporcionarnos un conjunto sistemático y organizado de datos sobre un tema, su lenguaje ha de ser,' sustancialmente, objetivo, neutro y verdadero.

La exposición supone un agente (un escritor, en este caso) poseedor de un saber que quiere hacer comprender a un interlocutor (su lector), quien está en la mejor disposición de interpretarlo a partir de sus conocimientos previos, aunque necesite aclaraciones.

Como las anteriores secuencias textuales, la exposición se halla com­partiendo espacio con narraciones, descripciones y argumentaciones. De allí que, a veces, resulte muy complejo delimitarla y establecer su jerarquización. Sin embargo, la orientación final del texto será la que nos permita ver cuáles secuencias se supeditan y cuál es, en definitiva, su carácter global.

Caracterizar los textos expositivos en su conjunto no es sencillo, pero es posible enumerar algunos rasgos comunes: se prefiere el empleo de la tercera persona, se evitan las expresiones subjetivas, su registro adquiere un tono formal, predominan las oraciones enunciativas y se requiere de términos precisos técnicos o científicos.


Los escritos expositivos (informes, tesis, monografías, artículos, trabajos de investigación) suelen considerarse los textos prototípicos del ámbito académico, pues su función general es hacer avanzar el conocimiento. Mediante ellos se explican hechos, se difunden los resultados de estudios, se presentan hipótesis o conjeturas, se cuestionan otros escritos, etc. De allí que el escrito expositivo, cuando se trabaja bien, confiere reconocimiento, prestigio y autoridad; sin embargo, su consecuencia más import­ante es que genera poder de convencimiento y garantiza adhesiones gracias a su alto valor comunicativo.



· Texto explicativo:


Cuento realista: narran historias donde los hechos son mostrados como reales, pero son productos de la imaginación del autor. No se busca la veracidad ni la exactitud, solo se intenta que resulte creíble.

Carácter individual – personal: un niño explica a otro el por que no juega futbol.

Carácter social – institucional: explican fenómenos sociales o culturales que requieren conocimiento científico.

Brindan información: el texto es la respuesta a interrogantes, puede ser implícita (puede deducirse) y explicita (esta en el texto).

Predomina: función referencial y discurso centrado en el referente. 3° personas indicativo: hechos históricos, pretérito.

Estructura: marco o presentación del tema, desarrollo, conclusión.

Valoración: inexistente, son objetivos.

Mito: los mitos surgen como respuesta de una comunidad frente a lo inexplicable (sol, noche, enfermedades), recurrían a su imagen para encontrar respuesta a lo misterioso. Característica: el mito son vive lo humano y lo divino, los hechos narrados son llevados a cabo por seres sobrenaturales (dioses, semidioses, monstros). Tiempos: el mito siempre se refiere a una época. Lugar: suele indicar con nombre de ciudades (Atenas, ríos, montañas).


· Texto informativo


En el lenguaje escrito, el texto informativo es aquel en el cual el emisor (escritor) da a conocer hechos o circunstancias reales al receptor (lector).

Los textos informativos son narraciones que informan acerca de hechos actuales en forma objetiva. La diferencia con el texto expositivo es que este muestra una apreciación sentimental respecto al tema que es inexistente en el caso del texto informativo.




· Texto predictivo


Es una tecnología de entrada de texto diseñada para teléfonos móviles. Esta tecnología permite formar palabras presionando un solo botón por cada letra, al contrario de presionar múltiples veces cada tecla hasta obtener la letra deseada. El objetivo principal de esta tecnología consiste en simplificar la escritura de mensajes de texto.

Funciona haciendo referencia a un diccionario con las palabras más comunes. Cuando el usuario presiona los botones de número, un algoritmo busca en el diccionario una lista de palabras posibles de acuerdo con la combinación de teclas presionada y muestra la opción más probable. El usuario puede confirmar la selección y continuar con la siguiente palabra o usar una tecla para ver las otras combinaciones posibles. A veces esto se combina con algún software para completar palabras.

Ejemplo:

En el teclado típico del teléfono los números corresponden a las letras de la siguiente manera:

Teclado estándar usado para escribir mensajes de texto.


Para escribir la palabra 'hola' en el modo clásico se deberá:

1. Presionar 4 (ghi) 2 veces para obtener 'h'

2. Presionar 6 (mnoñ) 3 veces para obtener 'o'

3. Presionar 5 (jkl) 3 veces para obtener 'l'

4. Presionar 2 (abc) 1 vez para obtener 'a'

De la misma forma para obtener 'hola' con texto predictivo se deberá:

1. Presionar 4 (ghi) 1 vez para obtener 'h'

2. Presionar 6 (mno) 1 vez para obtener 'o'

3. Presionar 5 (jkl) 1 vez para obtener 'l'

4. Presionar 2 (abc) 1 vez para obtener 'a'


El sistema actualiza los caracteres visualizados cada vez que se presiona una tecla mostrando la palabra más probable. En este caso el texto predictivo reduce el número de botones presionados de 9 a 4.


· Textos escritos


Son actos de comunicación que crean vínculos entre, al menos, dos individuos: emisor (escritor) y destinatario (lector). Sin em­bargo, en la mayoría de los casos, quien escribe no conoce personalmente a su lector. En otros, como en los ejemplos que vamos a citar, el escritor lo conoce bastante bien. Pensemos en la carta íntima, familiar, que los padres envían a sus hijos o el novio a su novia; en las notas que un amigo le deja a otro y en los apuntes que tomamos en nuestros cuadernos para nosotros mismos.

Cuando no se conoce al lector, sólo se puede imaginar cómo será ese «hipotético lector». Esto es lo que sucede cuando se prepara un artículo para un periódico, una revista, un libro,... Seguramente, esta clase de escri­to tendrá más de un lector posible y el escritor no conocerá a ninguno de ellos. Para intentar subsanar esta dificultad, el productor del texto deberá emplear todos los datos que tiene disponibles (edad, conocimientos, profe­sión, intereses, procedencia social y cultural, etc.) y crearse una imagen de un lector medio. En este sentido, el escritor siempre procurará atrapar al lector, gustarle, captar su simpatía. Así, su papel en relación con el probable lector se verá supeditado a la definición y caracterización que haga de este último.

No obstante, el tipo de relación descrita, a pesar de considerarse muy usual, puede variar. Hay ocasiones en las que el escritor debe elaborar un texto para lectores preestablecidos, para un público que no ha elegido jamás imaginado. Es el caso, por ejemplo, en el que un consejo editor exige, para la publicación del texto, que sea del agrado de un lector examinador, quien lo aprobará o desestimará.

En síntesis, si escribimos teniendo presente a un lector, que previamen­te hemos definido con mucha precisión, quizás impidamos que otros po­tenciales lectores se acerquen al texto. Por ello, es importante descubrir, usar y controlar este enorme poder que tiene el escritor para que pueda producir textos a la medida de sus lectores, sin que excluya inadvertida­mente a ninguno, a menos que se trate de una decisión intencional (recor­demos los informes médicos, para ser leídos entre profesionales de la medi­cina o los textos especializados que se destinan a un público de una edad determinada y poseedor de conocimientos que el texto da por sabidos).

Hay que tener en cuenta, además, que cuando un lector lee verdadera­mente un texto no sólo puede hablar de sus cualidades (pertinencia, ade­cuación, utilidad, valores, etc.), sino que está en capacidad de expresar un concepto *de quien lo escribe, es decir, de forjarse una imagen de quien lo creó. No olvidemos que suele suceder, en muchas ocasiones, que el texto es la única carta de presentación con la cual el escritor se da a conocer. Por ello, sobre todo para los escritores noveles o poco experimentados (como en esta oportunidad, es nuestro caso), cuidar con esmero de sus obras implica una tarea adicional: cuidar, a la vez, de su imagen, pues no es suficiente presentar un texto ordenado, limpio, interesante y correctamente escrito, ya que no sólo se pretende que los lectores crean que sabemos escribir, sino mostrarnos a nosotros mismos para hacer posible que en esta relación el entendimiento mutuo aflore y el encuentro no nos produzca una decepción.


La existencia del lenguaje escrito favorece la creación de múltiples actividades comunicativas, diferentes a aquellas que ocurren en el terreno de la comunicación oral (ver 2.6). Las distintas prácticas escritas que llevamos a cabo como usuarios de la lengua suelen diversificarse atendiendo sobre todo tipo de lector que se destinen (un familiar o un desconocido, un público amplio, un colectivo o una sola persona,...) y, en consecuencia, presentar un carácter más coloquial o más formal. Pueden, también, variar dependiendo del tipo de texto que queramos construir (una guía, una presentación, una descripción, un ensayo, un informe, una monografía, etc.) y, por ese motivo, ofrecer una u otra estructura, contener determinada información y emplear recursos lingüísticos más o menos específicos.


· Texto académico


Los textos académicos constituyen un género específico, puesto que, al responder a una misma situación comunicativa, comparten características formales y de contenido socialmente aceptadas.

Los textos académicos no sólo son los escritos elaborados por los estu­diantes de cualquier nivel de formación (escuela básica, media diversificada o universitaria), sino también los discursos que el maestro o profesor realiza en el aula o los del profesional, especializado en cualquier área del conoci­miento, que escribe un informe, artículo, un manual o un libro.

Quizás, el rasgo que mejor define al texto académico sea que está con­cebido, básicamente, para transmitir información que nos permita comu­nicar, desarrollar y adquirir conocimientos. A través de esta clase de textos se busca aproximar los saberes del escritor y del lector. Para alcanzar este objetivo, quien escribe se ve obligado a seleccionar con cuidadoso esmero la información y a emplear un estilo comunicativo claro, objetivo, preciso, que haga inteligible al lector el contenido de lo que está exponiendo.


Por tradición, las diferencias entre textos se han descrito atendiendo a la noción tipo de texto. Este proceder condujo a formular clasificaciones muy generales y a enmascarar el hecho de que los textos no siempre constituyen secuencias homogéneas, es decir, no son puramente narraciones, descrip­ciones, diálogos...

A partir de las consideraciones expuestas, en un libro publicado en 1992 que versa sobre los textos, sus tipos y prototipos (Adam y Lorda 1999; Calsamiglia y Tusón 1999; Montolío 2000), Adam propuso un modelo de secuencia textual prototípica que dotaba de una serie de instrumentos ne­cesarios para inscribir un texto en un tipo determinado, dependiendo de las secuencias que estuvieran presentes en él.

Adam, quien definió el texto como una estructura integrada por se­cuencias, ideó un esquema general en el que se señalan las distintas opcio­nes que puede haber para fundar una tipología y, posteriormente, indicó su propia opción: la secuencia es la «unidad constituyente» del texto, unidad modélica que responde a tipos relativamente estables de combinación de enunciados.


Si bien algunos textos (sobre todo los muy breves) pueden ser homogé­neos, estar constituidos por una sola de estas secuencias, lo habitual es que otros textos (los más extensos) muestren, en alternancia o concatenación, una variedad de secuencias.

· Texto literario

Además de compartir características comunes con los otros tipos de textos, el texto literario tiene, también, rasgos propios y específicos.

• El texto literario es una forma especial de texto o una especialidad del texto, por la utilización de la función connotativa del lenguaje. Las palabras se desplazan de su uso práctico y denotativo hacia un nivel de sugerencia y de sentido figurado.

• En principio, una obra literaria es siempre original. Su intención una manera nueva y distinta.

• Por eso se considera que el texto literario crea una realidad propia, única, aunque se refiera a hechos de la realidad externa o no.

• Crea la ilusión de verdad, aunque se narren hechos fantásticos. El lector u oyente de una obra literaria se introduce en una realidad con reglas propias, creíbles.

• Es un producto de la imaginación y produce un contacto con la imaginación del receptor. Éste recrea de una manera particular lo que lee o lo que escucha.

• El texto literario está dirigido a la esfera de los sentimientos y la emoción. Produce también un goce diferente: el goce estético.

Y como un ejemplo de esta capacidad del texto literario que trasciende la de otros textos, leamos la siguiente poesía.

Me dejaste (como ibas de pasada) lo más inmaterial, que es tu mirada.

Yo te dejé (como iba tan de prisa) lo más inmaterial, que es mi sonrisa.

Pero entre tu mirada y mi risueño rostro quedó flotando el mismo ensueño

martes, 13 de noviembre de 2012

EL TEXTO


El texto está constituido por elementos verbales que se combinan para dar una unidad comunicativa, intencional y completa. 
 Los textos pueden presentarse como piezas muy breves y simples, del tipo "se vende local comercial", o muy extensos y complejos como un artículo de periódico, un documento de propiedad o un tratado de filosofía.
 Un texto es una composición de signos codificado en un sistema de escritura (como un alfabeto) que forma una unidad de sentido. Su tamaño puede ser variable.
También es texto una composición de caracteres imprimibles (con gafema) generados por un algoritmo de cifrado que, aunque no tienen sentido para cualquier persona, sí puede ser descifrado por su destinatario original.
“El texto es la manifestación lingüística socialmente normal en los procesos de comunicación; esto es, el texto es la unidad mínima de información, de comunicación y de interacción social, y todo ello conjunta y simultáneamente, pues la información se almace­na para ser transmitida a un organismo receptor que, necesaria­mente, debe reaccionar a ella, ya sea incorporándola a su caudal de conocimientos, ya sea transformando su actitud o su carácter. " 
 En otras palabras, un texto es un entramado de signos con una intención comunicativa que adquiere sentido en determinado contexto.
De los textos se pueden extraer ideas esenciales, a las que llamaremos "macroproposición".
También es un conjunto de oraciones agrupadas en párrafos que habla de un tema determinado.
¿Cómo extraer de un texto una idea esencial? Hay varios pasos:
  • Leer atentamente el párrafo.
  • Identificar "núcleos" (lo importante del párrafo) y escribirlos en forma de oración simple.
  • Identificar la información adicional.
  • Relacionar esos núcleos a través de una oración compleja unida por uno o varios conectivos.